El Buen Gusto vs. Mundocanal

Mundocanal

Se pretendía hacer una burla del próximo Festival de Eurovisión —considerado ya como una horterada— cuyo escenario iba a ser Madrid por culpa precisamente de Massiel. La falta de distribución retrasaría el estreno tanto que la película perdería toda oportunidad, pero eso no lo sabríamos hasta mucho después.

Así rememoraba José Luis Borau en la publicación Archivos de la Filmoteca la idea original del primer largometraje de su productora, El Imán. Primeramente conocido como Caca, culo, pedo, pis, luego Al escondite inglés y finalmente rebautizada por los distribuidores como Un, dos, tres… al escondite inglés, sus premisas eran muy sencillas, tan homologables con la modernidad y con la interminable figura de ruptura generacional, que se podrían convalidar hoy mismo. Un grupo de jóvenes que regentan con insobornables convicciones artísticas la tienda de discos UGH!, ve intolerable la celebración del siguiente Festival de la Canción de Mundocanal, con la trasnochada composición «Mentira, mentira» (escrita para la ocasión por Carmen Santonja y Gloria Van Aerssen) como representación, para más agravio. Unidos por el ultraje, se confabulan para evitar a toda costa tamaño atentado contra el buen gusto, decidiendo seguir la pista y aniquilar a todos los conjuntos sospechosos de interpretar la infame canción.

[Iván] me dijo «Oye, ¿por qué no hacemos una película que sea como un programa de ‘Ultimo grito’?».

—José Luis Borau entrevistado para TCM (2010).

La idea de unos jóvenes tratando de boicotear el festival era de Borau. A todos nos daba mucha vergüenza ese montaje de Eurovisión y la oportunidad de ponerlo en solfa le parecía muy estimulante.

—Iván Zulueta en ‘La vanguardia frente al espejo’ (Carlos F. Heredero, 1989).

Como ya se ha explicado muchas veces, Zulueta no podría figurar como director al carecer del carnet sindical de la profesión, al cual se accedía o bien habiendo sido primer ayudante de director en cierto número de películas o bien con el título de la EOC, requisitos que no cumplía. Respecto a este asunto, Borau añade «El Sindicato del Espectáculo, en aquel entonces regido por Juan Antonio Bardem, el director de cine, que me imagino yo que estas películas le parecerían… Pues no le dio el título». Como consecuencia se llegaría al acuerdo de inscribir como director del filme a Borau y añadir en los créditos «Un film de Iván Zulueta» (intercambiando en cierto modo sus roles de director y productor).

Iván Zulueta como Iván y Jaime Chávarri como ejecutivo publicitario

Iván Zulueta como Iván y Jaime Chávarri como ejecutivo publicitario.

El rodaje comenzó en algún momento de noviembre de 1968, una semana después de que Iván Zulueta y Jaime Chávarri (fue a este último a quien se le ocurrió la idea de matar a los artistas, según comentaba en Versión española en 2011) presentaran, firmado a medias, el guión a Borau; guión que se reescribiría diariamente durante el rodaje. También intervendrían el talentoso Luis Cuadrado como operador de cámara (sin duda el miembro de más reputación cuando se rodó la película); José Luis Peláez como montador, proveniente de Último grito al igual que José María Íñigo y Judy Stephen, dos de los coprotagonistas junto a Mercedes Juste (que ya había participado en el cortometraje Ida y vuelta de Zulueta), Patty Shepard (habitual en los spots producidos por El Imán), Antonio Drove (amigo y compañero de Zulueta en la EOC), Ramón Pons (en sustitución del también amigo de Zulueta, Antonio Gasset) y Tina Sainz. Los conjuntos, que colaborarían gratuitamente gracias a los contactos de José María íñigo, pertenecían por lo general al extracto más in del pop español del momento: Los Pop-Tops, Los Ángeles, Fórmula V, Ismael, Shelly y Nueva Generación, Los Buenos, Los Íberos, Los Mitos, Henry and the Seven, The End y Los Beta. La filmación se desarrollaría en interiores y exteriores naturales, excepto los interiores de la tienda UGH!, que serían diseñados por Zulueta en Cinearte.

Panorámica de la estanteria de la tienda UGH

Panorámica de una estantería de la tienda UGH! Toda una declaración de principios. Entre otras portadas se divisan las de: A hard day’s night (The Beatles, 1964), The piper at the gates of dawn (Pink Floyd, 1967), Lady soul (Aretha Franklin, 1968), Bare wires (John Mayall’s Bluesbreakers, 1968), Renaissance (Vanilla Fudge, 1968), Sunshine superman (Donovan, 1966), Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (The Beatles, 1967), We’re only in it for the money (The Mothers Of Invention, 1968), Surrealistic pillow (Jefferson Airplane, 1967), Are you experienced? (The Jimi Hendrix Experience, 1967), Disreali gears (Cream, 1967), Hair (Original Broadway Cast, 1968), Idea (Bee Gees, 1968), Absolutely free (The Mothers Of Invention, 1967), Wheels of fire (Cream, 1968), The unforgettable Marilyn Monroe sings… (Marilyn Monroe, 1967).

Me metí absolutamente a ciegas, porque claro, que de repente te dijesen de la noche a la mañana, oye, un largo, con Luis Cuadrado de operador, y en fin… era algo que yo decía horror y pánico, porque no teníamos ni guión, rodábamos sin guión.

—Iván Zulueta entrevistado para TVE.

La producción se prolongaría durante enero de 1969, no exenta de fricciones en torno a Zulueta, su descoordinación con los horarios y su perfeccionismo.

Iván diseñaba los trajes de las chicas, diseñaba los decorados… yo me acuerdo que un día estábamos muy mal de tiempo rodando y me pidió a mí mientras él hacía una parte de la tienda de discos, que le echara una mano pintando también… y cuando lo vio, buf, lo borró todo. (…) Empezábamos a rodar a las ocho de la mañana y vino al estudio como a las diez y media de la mañana… Claro, Luis Cuadrado eso no lo había… ni Víctor Erice, ni Carlos Saura, ni todos con los que había rodado se comportaba, ¡nadie! se comportaba así en el cine, porque eso no se puede hacer en el cine… Luis estaba indignado. Luego cuando vino dijo «¡Es que he estado toda la noche trabajando en el guión! Y cómo voy a tal y no sé qué…».

—José Luis Borau en TCM.

Se planeó que el estreno coincidiera con el Festival de Eurovisión de 1969, que tendría lugar en Madrid el 29 de marzo. Una ocurrencia irresistible que provocaría a buen seguro mucha excitación en el público moderno tardoadolescente. Y así hubiera ocurrido de no ser por el retraso que provocó la ausencia de distribución, frustrante cortapisa que presumiblemente era fruto de la inexperiencia de El Imán en el negocio audiovisual, por entonces completamente nula en lo que se refiere a estrenos en sala. Tal fue el desastre, que se llegó a la «salomónica» decisión de esperar al siguiente Festival de Eurovisión, que se celebraría en Ámsterdam el 21 de marzo de 1970. Algunas fuentes, no obstante, señalan que Un, dos, tres… al escondite inglés se pasaría en el festival de Cannes de 1969 (otras aseguran que fue en 1970), donde supuestamente obtendría el premio a la mejor fotografía para Cuadrado, aunque no existe ningún registro oficial que atestigüe ni el pase ni el premio. Sí se ha podido confirmar el premio que el Círculo de Escritores Cinematográficos otorgó a Cuadrado como Mejor Operador en enero de 1970.

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Por fin, Un, dos, tres… al escondite inglés se estrenó el lunes 23 de marzo (según IMDb) en Madrid, en los cines Peñalver (c/ Conde de Peñalver 59) y Rosales (c/ Quintana 22) y el viernes 20 de marzo (según La Vanguardia) en el Aquitania de Barcelona. Para restar aún más impacto al que pudo tener de haber colisionado con el Eurovisión de Madrid, los pases no salieron de salas de «arte y ensayo» como las mencionadas, donde la entrada era más costosa y prácticamente ningún joven musiquero se aventuraba.

A la debacle en la distribución se uniría también, según ciertas fuentes, un presunto fraude cometido por Cinespaña —conglomerado de productoras que desde 1968 controlaba el Estado con José Antonio Suárez de la Dehesa al frente—, que vendió los derechos de … Al escondite inglés a una cadena de televisión estadounidense sin abonar ni un céntimo a El Imán.

Era una película, sobre todo en aquel momento, totalmente atípica. Atípica. Ahora se ve con una perspectiva diferente. Puede parecer incluso convencional. Pero en aquel momento hacer una película pop, donde no había más razón, digamos realista, que la propia música…

—José Luis Borau en TVE.

A pesar de todo, … Al escondite inglés obtendría buena respuesta en la crítica, donde la recibieron como un impulso renovador en el acartonado cine pop español. En ABC, Antonio de Obregón señalaba:

Esta es una de las producciones más auténticas y espontáneas de la canción juvenil (…). Una brillante demostración de agilidad y comicidad. (…) No hay que buscarle unidad ni pretextos, lo cual es más sincero. (…) Según Iván Zulueta, el «armador» de esta complicada y bulliciosa nave de los locos, algunas de las canciones no están ya tan en candelero como hace un año (…). ¿Pero quién, mayor de veinticinco o treinta años, podría reparar en ello? (…) Es una especie de sátira de un gran festival de la canción (…) sin que falten ingenuidades (…) y hasta cosas de dudoso gusto, pero en seguida lo tapa todo la catarata musical que es el gran barroquismo de esta diversión-improvisación.

Por contra Zulueta discrepaba de esta interpretación de intenciones, ya que la suya era dar otra vuelta de tuerca:

Es cierto que la película podía parecer, ya en aquel tiempo, totalmente desfasada respecto a la vanguardia del momento, incluso algo anacrónica y marciana. Frente a ello solo disponía del arma del guiño y de la ironía, intentando burlarme de lo ‘in’ y de lo que supuestamente estaba «de moda», con la intención de situarme un poco al margen y de poner en la picota el mundo del pop más cutre, consumista y pedestre…

—Iván Zulueta (Carlos F. Heredero, op. cit.).

José María Íñigo como Rosco

José María Íñigo como Rosco

No obstante, la ironía de verse incluido dentro de una escena de la cual la película quería burlarse se ve ampliamente superada estos días, al participar uno de sus aguerridos estetas pop como comentarista en ese festival de Eurovisión que tanto detestaban hace ya 45 años… Máximo doblez del destino. ¿Habrá vencido Mundocanal?

Antón López.

Un comentario en “El Buen Gusto vs. Mundocanal

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